Es curioso realizar un viaje contemplativo e inesperado dentro de tu ciudad natal, a menos de 100 metros del lugar donde resides. En mucha ocasiones me había ensimismado tratando de escalar mentalmente un muro alto y tosco cerca de la catedral de Tarragona. Detrás de esa pared infranqueable se encontraba el monasterio de las Carmelitas Descalzas. Allí habitaban unas 14 monjas de las que apenas conocía su existencia, ni su modo de vida apartado y dedicado al servicio a los pobres y a la oración. Unos cánticos que oí casualmente al pasar cerca del convento fueron el inicio del … continúa en
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6 OCT 2019 – El País Semanal
Lluc Queralt
Una inmersión en la vida interior del monasterio de las Carmelitas Descalzas de Tarragona