“Que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.”
Nos acercamos a la última canción del Cántico, la número 40, que no fue compuesta en la cárcel, sino posteriormente y describe con imágenes muy gráficas el descenso sosegado en brazos de la gracia, hacia las aguas que van a dar a la mar… la confianza última. Todo el peregrinaje de la oración es el camino que nos lleva a esta rendición, abandono y comunión.
¡Eres un genio! Mil gracias. Suspendemos las oraciones hasta pascua pues ahora son las novenas después de la Eucaristía y todo es más tarde…¡Feliz viaje! Un abrazo Tony
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